Paso 1

Colocamos las alitas en un bol y las sazonamos generosamente. Añadimos al bol la salsa de soja, el zumo de limón, la miel, el perejil picado y los dientes de ajo; aplastados, o laminados. Removemos bien para que todas las alitas queden bien impregnadas del aderezo.

Paso 2

Dejamos reposar bien cubiertas en la nevera, al menos un par de horas.

Paso 3

Al cabo de este tiempo, las escurrimos.

Paso 4

A la hora de freírlas podemos optar por hacerlo en una sartén con abundante aceite, o en freidora, que es como yo las hice; por aquello de manchar menos…

Paso 5

En ambos casos el truco está en hacerlas inicialmente a fuego medio, para que se vayan friendo poco a poco y tras unos 5 minutos subir la intensidad para que las alitas vayan adquiriendo una tonalidad dorada y se tuesten.

Paso 6

Cuando estén bien “rubias”, las sacaremos a un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite, y las volveremos a sazonar.